EN ESPAÑOL : Es posible vivir felices en solo 20 kms?
Quien escribe estas líneas vive en Cuba. Para muchas personas en el mundo Cuba no es un buen lugar para vivir. . . los cubanos. Principalmente estos criterios se mueven alrededor de la política. Sin entrar en mayores detalles, porque seria muy extenso, la Cuba de hoy en día ha cambiado en algo muy importante: hay cubanos que pueden ganar dinero por cuenta propia y por lo tanto pueden vivir, si bien no ajenos al sistema político, si bastante independizados de él. Esto crea un flujo de dinero paralelo al que normalmente se recibe por salarios y pensiones.
En mi trabajo con extranjeros, principalmente turistas, en los últimos años, he llegado a algunas generalizaciones inevitables y muy útiles. Una de ellas es la que no obstante tener una vida muy diferente a la nuestra en cuanto a condiciones de vida resueltas y dadas por sentadas, la mayoría de la gente no es feliz y siguen (aunque no todos) en la búsqueda de valores como la amistad, la solidaridad, el respeto y la paz de espíritu. Ellos tienen o disfrutan de cosas que para los cubanos son, si acaso, sueños futuristas: viajan todos los años a lugares diferentes de vacaciones, pueden acceder a todos los servicios, tienen abundantes alimentos, se pueden expresar libremente, deciden casi aspecto de sus vidas. Pueden escoger cualquier lugar del mundo para vivir o moverse.
Sin embargo nunca están satisfechos, o al menos no tienen esa paz que he visto en las miradas de algunos cubanos cuando logran tener 10 dólares para una “buena” cena el fin de semana con parientes y amigos.
Y quizás sea superficial la pregunta que me hago, pero, si estas personas que tienen el dinero para moverse y vivir donde lo deseen no tienen paz y están tan estresados, ¿es posible ser feliz pasando la mayor parte de una vida en 20 Km. cuadrados?
El otro día trabajando con una pareja alemana un tema nos llevó a otro y de ese a otro más. Alemanes al fin y al cabo que les encanta viajar, y con dinero para hacerlo cuantas veces lo deseen tienen una visión del mundo mucho más amplia que la mía, desde mis 20 Km. Pero fueron reveladoras mis líneas de pensamientos.
En nuestro intercambio me di cuenta que esas personas no eran felices, pero por supuesto, siendo alemanes como eran no dejaban entrever el por qué. Pero en mi explicación de la vida que llevamos en Cuba las cosas empezaron a hacerse claras en mi mente, porque lo que les describí no fue la vida del cubano promedio sino la mía, a grandes rasgos pero la mía. En mis 20 Km.
Soy maestro y dedicarle gran parte de las energías a formar personas, a formarlas en principios y actitudes positivas es algo fascinante. Compartir con niños desde los 7 hasta los 15 es algo realmente fascinante. Enseñarles y hablarles sobre un mundo que espera por ellos. ( y quien les cuenta esto es alguien que escasas veces ha logrado salir mas allá de los ya citados 20 Km., lo que dice mucho del corazón límpido y nada desconfiado del alma infantil), aunque bueno, no todos pueden tener un Magallanes como maestro. Después, seguir la semana con otros niños, menos afortunados en salud y a través de la posibilidad que tengo de conocer extranjeros conseguirles a ellos y sus familias lo que necesitan para vivir y luchar contra una terrible enfermedad. Que esperen cada sábado a personas como yo para compartir sus esperanzas e inquietudes, y a veces para despedirse deja un sabor a gloria en la boca. Gloria verdadera, no la de la conquista.
Entonces la familia y los amigos. Viven casi todos en el perímetro de los 20 km. Todas las noches, o casi todas, regreso a casa a la 1 de la madrugada de conversar, compartir y visitar, y de grandes reuniones. Como decimos los cubanos, a veces nos matamos a mentiras. Pero es tan agradable y necesario que sin esos momentos creo que la vida seria triste. ¡Y como me atrasa el trabajo!, después tengo que pasarme el fin de semana adelantando.
Y por ultimo, creo, que he logrado hacerme de un negocio interesante, aunque no todo lo beneficioso económicamente que hubiera deseado, en un país casi totalmente cerrado a lo que sea empresarial, capitalista o independencia individual. Con esto he podido conocer gente maravillosa, mezquina, fascinantes, de derecha e izquierda, de todos lo continentes. He podido conocer “al enemigo” y ver que no me odia, y lo más importante: comprender que el odio no está alojado en mi corazón. He podido acceder a Internet, conocer de marketing y ventas, saber de tanta gente que vive mucho peor y unos cuantos que viven tan bien y por lo que vale, no obstante, luchar.
¿Y por qué a veces, y cada vez mas frecuentemente, nos parece que todo es mucho más maravilloso fuera, bien afuera de nuestros 20 Km? ¿Qué por ciento de la vida tengo y cual falta? ¿Por qué le damos tanta importancia a lo que no tenemos? ¿Por qué le damos tanta importancia a las cosas materiales sacrificando todo lo demás en su búsqueda?
Pero ese es otro tema. Lo importante es que aun vemos las estrellas, llueve lo que tiene que llover y tenemos todo el sol que queramos, que tenemos a los amigos para que nos ayuden y nos amen en los momentos difíciles, y no uno ni dos, sino muchos. Porque para nosotros los amigos son también los socios del barrio, los amigos de los amigos y los socios de los socios.
En fin, que todo parece ser que con los años las cosas se van haciendo claras, y por lo tanto mas confusas.
Les hago nuevamente la pegunta, pero ahora al revés: ¿es posible ser infeliz teniéndolo casi todo?
Me gustaría mucho recibir comentarios al respecto.
Un gran abrazo.
Leonardo
Email: cubamigos@yahoo.es
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